Termómetros y escalas: Resumen
histórico
La
medición y el control de la temperatura, en
la actualidad desempeñan un papel muy importante.
En la industria, en los laboratorios científicos, en medicina, y aun en
nuestras propias casas, constantemente empleamos termómetros
para medir y controlar la temperatura de una gran variedad de objetos, en las
más diversas circunstancias.
Termoscopio
de Galileo. Las técnicas utilizadas en el
establecimiento de escalas termo-métricas y
en la construcción de termómetros han tenido
una notable evolución desde el siglo xvi. El primer termómetro de que se tiene noticia fue construido por
Galileo en 1592. Tal instrumento constaba de
un bulbo de vidrio que acababa, en un tubo delgado, cuyo extremo abierto se
introducía en un recipiente que contenía
agua coloreada (Fig. 11-20). Antes de meter el tubo en el agua, Galileo calentaba un poco el
bulbo de vidrio para expulsar parte del aire contenido. Luego, al sumergir el
tubo el recipiente y cuando la temperatura del bulbo regresaba a su valor
inicial, el agua subía por el tubo (obligada por la presión atmosférica) hasta cierta altura. Evidentemente, este aparato permitía comparar las temperaturas de objetos que
se colocaban en contacto con el
bulbo, pues la altura de la columna
de agua es tanto menor cuanto mayor
sea la temperatura del bulbo.
Cuéntase que los médicos de la época empezaron a utilizar el termómetro de Galileo para verificar si sus pacientes tenían fiebre. Para
esto, colocaban el bulbo en la boca de
una persona sana y marcaban el nivel de agua en el tubo. En seguida, colocaban el bulbo en la boca del paciente, y si la columna bajaba respecto
del nivel anterior, el médico
concluía que la temperatura del
paciente estaba arriba de lo normal.
El instrumento de Galileo
no era propiamente
un "termómetro", pues no poseía una escala para medir las temperaturas.
En realidad, únicamente
permitía la comparación de dos Temperaturas, y por ello debemos llamarlo, más apropiadamente,
"termoscopio de Galileo".
Los
primeros termómetros de líquido.
In el termoscopio de Galileo, las
variaciones de Temperatura eran indicadas por la dilatación o contracción de una masa de aire. El primer termómetro de líquido, semejante a los que se emplean en la actualidad, fue construido por Jean Rey, médico francés, en 1637 (Fig. 11-21). En este termómetro, las variaciones de temperatura se indicaban de manera similar a la de los
termómetros actuales, por la
dilatación o contracción del agua contenida en el recipiente observe en
la Figura 11-21, que el extremo superior del tubo termométrico no estaba cerrado, como en los actuales).
Algunos años más tarde, Fernando II, duque de Toscana, interesado en la ciencia, deseaba medir temperaturas por debajo del punto de solidificación del agua; de modo que
construyó un termómetro semejante al de Rey,
usando alcohol en vez de agua, pues el
alcohol se congela a una temperatura mucho más baja que la del agua. Para evitar la evaporación del alcohol, tuvo la idea de cerrar herméticamente la parte superior del tubo, construyendo así un termómetro realmente igual a los que empleamos en
la actualidad.
El duque Fernando II contribuyó
enormemente al desarrollo de la
termometría, al fundar en Florencia una
academia especializada en la construcción de termómetros. Los
habilidosos especialistas que trabajaron en esa institución, fueron los primeros en emplear el mercurio como líquido termométrico. Estos termómetros
florentinos se emplearon mucho durante más de cien años, y aún en la actualidad podemos encontrar ejemplares de tales instrumentos.
Escalas termométricas. La propuesta de
Celsius. Para hacer posible la
medición de la temperatura con el empleo de los primeros termómetros construidos, los
especialistas trataron de
establecer escalas termométricas para graduar
los instrumentos. Como esta graduación se podía hacer de manera
totalmente arbitraria, fueron surgiendo varias escalas, muy diferentes unas de otras. Cada país adoptaba su propia escala, y muchas veces diferentes científicos de un
mismo país trabajaban con escalas distintas. A
principios del siglo XVIII, existían más de 35 escalas termométricas en uso.
Entre ellas destacaban, y tenían mayor aceptación, las de Réaumur, Fahrenheit y Celsius. El científico francés Réaumur, en su escala señalaba con cero el punto de fusión del hielo, y con
80° el punto de ebullición del agua. Este intervalo estaba dividido en 80
partes iguales, y por tanto, la
escala de Réaumur no era "centígrada". La primera escala de 100° fue la que propuso el sueco Anders Celsius, en 1742, que indicaba con 0° el punto de fusión del hielo, y con 100° el punto de ebullición del agua, como ya vimos en
este capítulo. Por tal característica fue conocida y empleada extensamente en todo el mundo, llevando
el nombre, durante casi 200 años, de "escala
centígrada". A partir de 1948, en homenaje a su creador, fue
denominada oficialmente "escala
Celsius". Esta escala, como sabemos, se escogió en congresos internacionales como la escala patrón que debía ser adoptada para cualquier actividad en todos los países del mundo.
La
escala Fahrenheit. A pesar de las convenciones
internacionales, algunos países, principalmente los de lengua inglesa, aún conservan el uso de la escala Fahrenheit, la cual todavía es ampliamente utilizada por la población e
incluso en trabajos científicos. Como es muy frecuente encontrar en artículos,
libros, revistas, etc., referencias a temperaturas expresadas en "grados Fahrenheit", en seguida
proporcionamos algunos detalles
referentes a esta escala, y mostramos cómo se puede determinar la temperatura Celsius equivalente a determinada temperatura Fahrenheit, y viceversa.
En la escala Fahrenheit, el punto de fusión del hielo se señala con 32 grados Fahrenheit (32°F) y el punto de ebullición del agua con 212°F (Fig. 11-22). Así, el intervalo entre estas temperaturas corresponde a 180 divisiones. Como en la escala Celsius, este mismo intervalo de temperatura corresponde a 100 divisiones, concluimos que el intervalo de 1°F, o sea A(1°F), corresponde aproximadamente a la mitad del intervalo de 1°C [en realidad se tiene que A(1°F) = (5/9) A(1°C)].
Suponga
dos termómetros, uno de los cuales está
graduado en la escala Celsius y el otro en la escala Fahrenheit, y que ambos se utilizan
para
medir una misma temperatura (de un líquido,
por ejemplo, como muestra la Figura 11-23). Sea
tc la lectura del termómetro Celsius y tp la del
termómetro Fahrenheit. Obviamente, tc y tp son diferentes lecturas de una misma temperatura. En la
Figura 11-23 vemos que:
tc
divisiones en °C corresponden a (tF
- 32) divisiones en °F y que 100 divisiones en °C corresponden a 180 divisiones en °F
Aun
cuando la escala Fahrenheit es todavía utilizada en los países de habla
inglesa, se han hecho grandes esfuerzos para sustituirla por la escala Celsius no sólo en los trabajos científicos, sino también para uso común entre la población en general.
Actualmente, las técnicas para medir la temperatura
se encuentran muy desarrolladas. Los termómetros de mercurio, como se sabe,
todavía se utilizan
mucho, pero se han creado algunos otros tipos de termómetros, así
como nuevos procesos de medición de la temperatura: algunos que
permiten obtener
medidas de alta precisión, otros capaces de medir temperaturas
sumamente bajas (cercanas al cero absoluto), además de otros destinados
a proporcionar
valores de temperaturas muy altas (como la temperatura de una reacción nuclear, que puede alcanzar casi 108
°C lo mismo que dispositivos que proporcionan la temperatura de la superficie del Sol, que vale casi
6 000°C.
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